lunes, 20 de mayo de 2013

El relato de mi vida (Parte 4)


Empezaron a entrar policías a la habitación. Reconocí a dos de ellos, eran los que vinieron a mi casa unos días antes. El inspector Segovia se sentó en la mesa que presidía la habitación y empezó a dar instrucciones. Dividió el grupo por áreas de investigación: unos indagarían en las importaciones ilegales de animales exóticos, otros harían vigilancia vestidos de civiles en el mercado de Martorell y repartió copias de mi relato a todos por si a alguien se le ocurría algo.
Volvimos a casa un par de horas más tarde. El agente González se quedó haciendo guardia en mi casa por si pasaba algo y necesitaban mi ayuda, o eso me dijeron. Creo que la razón era que estaba en peligro, o eso quería pensar yo. Nerea se quedó a dormir todo el fin de semana. El domingo por la tarde pedimos al agente González que nos hiciera de taxista, para llevar a Nerea a su casa y, en medio del viaje, nos llamaron. Era el inspector Segovia.
- ¡Tenemos algo! Hemos encontrado a una persona que ha comprado un cocodrilo ilegalmente y que vive cerca de tu pueblo. Venid cuanto antes, no podéis participar en la detención, pero a lo mejor podéis aportar algo.
Llegamos a la casa del sospechoso. Estaba en una urbanización adinerada, era una casa enorme con unos muros inmensos. Desde fuera se podían oír animales. Había una docena de coches de policía rodeando aquella mansión. Habían movilizado a casi toda la plantilla. Algunos de ellos iban con trajes negros especiales, como los de antidisturbios, pero se notaban más y mejor equipados.
Echaron abajo la puerta de la entrada y no vi nada más. Al rato sacaron de allí a un hombre en calzoncillos, lo esposaron y lo metieron en uno de los coches. Cuando se aseguraron de que en aquella casa no había nadie más, aparte de los animales, el inspector vino a nuestro coche y dijo:
- Bien podéis salir. Vamos a dentro a ver si ves algo.
- ¿Ese hombre es el asesino? – le pregunté.
- No lo creo. Estaba durmiendo en su cama. Hay maletas sin desempaquetar, creo que vino hace poco de un viaje de negocios o algo así y se ha traído un cocodrilo para hacerle compañía.
Entramos a la casa. Estaba todo limpísimo. En el patio trasero había un pequeño zoo lleno de animales exóticos. Pero aquel lugar no me sonaba de nada. Como mucho podía ser el escenario de otro de mis relatos, Mi afición, pero no parecía que hubiesen robado nada.
Llevaron a aquel hombre a comisaría y lo interrogaron, aunque primero quería que le trajeran a su abogado y unos pantalones. Efectivamente, había estado en Egipto un par de días antes y quería tener un recuerdo de allí. Eso quería decir que no podía haber cometido el asesinato en mi instituto, tenía una coartada. Estábamos en el despacho del inspector cuando le dieron el informe del interrogatorio. El inspector Segovia dio un golpe de rabia a la mesa.
- Creía que lo teníamos, hay que seguir buscando. ¿Has pensado quién puede ser? El asesino ha de ser alguien cercano, de tu entorno que te conozca bien.
- No es necesario, desde hace tiempo subo cosas a internet, a la vista de todo. Mi Facebook, Twitter, incluso Fotolog están disponibles a cualquiera que tenga conexión.
Abrieron la puerta y lo que traían no eran buenas noticias. Un agente se dirigió a él mientras tenía un teléfono en la mano. Parecía preocupado.
- Señor, ha habido un asesinato. Ha sido en el mercado de Martorell.
- ¿Cómo? Pero si teníamos a dos policías allí, vigilando la zona.
- Pero señor, movilizó a todos los agentes que teníamos, incluso los que estaban de guardia.
Al inspector Segovia se le heló la sangre, luego su cara adoptó una expresión de rabia que yo no había visto nunca en un ser humano. Cogió una pelota anti estrés que había en su mesa y la lanzó contra una lámpara de pié que había al lado de la puerta rompiéndola.
- Vamos para allá. Ahora. – Dijo. Cogió la chaqueta y salimos de allí.
En el mercado había un montón de gente. Llegamos y el inspector dio órdenes para acordonar la zona, no quería gente fisgoneando por allí. Yo estaba más nervioso de lo habitual. El primer asesinato lo había visto en fotos, el segundo después de que la policía hubiese estado allí, el tercero iba a verlo en primicia. ¿En el cuarto sería yo la victima? 

(Los relatos que menciona puedes leerloas aqui:
Mi aficiónhttp://olor-a-libro.blogspot.com.es/2013/04/mi-aficion-1a-parte.html
Lágrimas de cocodrilo: http://olor-a-libro.blogspot.com.es/2013/05/lagrimas-de-cocodrilo-1a-parte.html )

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