sábado, 22 de marzo de 2014

Reflexión rápida: el poder la exclusividad.

A lo largo de la historia el ser humano se ha dado cuenta que hay un material negociable tan preciado como el oro, el agua o la droga. Me refiero a la información. Tener el control sobre este producto te hace poderoso en maneras insospechadas.
La base de nuestro conocimiento y el contenido de nuestros deseos es información e influye al cerebro de una manera que nosotros no podemos creer.
Voy a ejemplificarlo con una escena cotidiana. Cuantas veces nos ha ocurrido que estamos explicando una anécdota, un chiste o un cotilleo a alguien y un tercero, que sabe la misma información que nosotros lo cuenta antes, destrozando el final. ¿Cómo nos hemos sentido? Nos ha arrebatado el poder de la exclusividad ante otros y eso nos fastidia desde lo más profundo del alma. Otro ejemplo. Estando con unos amigos volvemos a la situación en la que poseemos una anécdota, un chiste o un cotilleo pero en este caso ellos no conocen su contenido y saben que tú lo sabes. Es, sin duda alguna una situación de poder que vamos a saborear hasta el último momento.
Lo que digo no es nada nuevo, la información es poder. Lo que quiero añadir es que es la exclusividad de esa información la que nos hace poderosos.
Este efecto puede extrapolarse a todo tipo de situaciones. Ser el primero en diferentes tipos de contextos cotidianos da cierto poder, o eso creemos. El primero en tener un tipo determinado de teléfono móvil, el primero en conseguir un récord Guiness, el primero en ligarse a una chica/un chico totalmente inaccesible... Estas situaciones crean una ilusión de valor en nosotros. Cada vez que algo deja de ser exclusivo pierde su valor para nosotros. Los móviles quedan obsoletos, los récords se van superando y las personas dejan de ser interesantes ¿Porqué? Es una ilusión, un concepto erróneo de pérdida de valor. Porque aunque no lo veamos el precio por la exclusiva lo ponen los demás, no nosotros mismos. Cuanto más interesados están nuestros amigos (volviendo al segundo ejemplo) por la información que solamente nosotros tenemos, más valor tiene para nosotros. 
Mi opinión: el valor de las cosas se las tienes que otorgar uno mismo. Tus metas deben tener el valor que tú le pongas, no los demás. Las personas son interesantes por sí mismas, no según los juicios de los demás. La exclusividad está bien, es algo interesante pero no debe influir en el valor de las cosas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario